Él es gracioso, alegre, chistoso, entregado, inteligente... Hermoso.
Cuando lo conocí, no me caía en gracia, pues con el tiempo lo empecé a conocer realmente, el primer beso fue en esta cama y curiosamente en la misma posición que hoy me encuentro. Cuando empezó todo, era tímido, vergonzoso y miedoso, sonreía cada vez que le decía cuanto lo amaba y sus ojos se llenaban de vida.
Solia apoyarme en cada estupides que se me ocurria, me seguia a todos lados y de apoco mi corazon fue formando parte del suyo. Mi vida, su vida se iban revolviendo y se iban haciendo una. Cuando él besa, deja todo, porque se siente en cada aliento un trozo de vida que entre por tu boca para depositarse en tu alma.
Cada vez que me tomaba la mano, sentia que podia enfrentarme a la muerte en persona y saldria ileso, podría formar parte de una batalla sin precedente y no salir dañado. Cuando lo abrazaba, volaba a la luna, a los cielos a planetas desconocidos y mi alma junto con la de él se fundían. Todos cometen errores y claro, él no era la excepción, pero sus defectos eran hermosos y eran aquellos cuales mas me hacían caer a sus pies, sus ojos son bellizimos y me pierdo en ellos cada que los miro. Extraño su cuerpo, pues el mio lo pide a gritos, pido sus ojos, sus labios y cada una de sus sonrisas, las reclamo y las guardo en mi caja de memorias, no sé cuando la volveré a abrir, no sé cuanto se crearan mas, pero se me es imposible seguir con mi vida tal y como era antes de él.
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